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Formación Marxista: El Che sobre los cuadros


Extraído de: Formación Marxista

Por ultimo destacaría uno de los más destacados escritos que se han realizado sobre el tema de los cuadros políticos, en este caso, el escrito de Ernesto Che Guevara llamado “El cuadro, columna vertebral de la revolución”, concepto, el del cuadro como eje vertebrador, ya repetido anteriormente y formulado magníficamente por el revolucionario argentino-cubano. En ella, el Che, afirma la idea de que, ya desde el inicio de la revolución cubana, la política de cuadros se veía como un sinónimo de política de masas, estableciendo un contacto estrecho con las masas en todo momento.

A continuación, el Che hace una definición de lo que es un cuadro político, afirmando;

“ Debemos decir que, un cuadro es un individuo que ha alcanzado el suficiente desarrollo político como para poder interpretar las grandes directivas emanadas del poder central, hacerlas suyas y transmitirlas como orientación a la masa, percibiendo además las manifestaciones que ésta haga de sus deseos y sus motivaciones más íntimas. Es un individuo de disciplina ideológica y administrativa, que conoce y practica el centralismo democrático y sabe valorar las contradicciones existentes en el método para aprovechar al máximo sus múltiples facetas; que sabe practicar en la producción el principio de la discusión colectiva y decisión y responsabilidad únicas, cuya fidelidad esta probada y cuyo valor físico y moral se ha desarrollado al compás de su desarrollo ideológico, de tal manera que está dispuesto siempre a afrontar cualquier debate y a responder hasta con su vida de la buena marcha de la Revolución.

Es, además, un individuo con capacidad de análisis propio, lo que le permite tomar las decisiones necesarias y practicar la iniciativa creadora de modo que no choque con la disciplina. El cuadro, pues, es un creador, es un dirigente de alta estatura, un técnico de buen nivel político que puede, razonando dialécticamente, llevar adelante su sector de producción o desarrollar a la masa desde su puesto político de dirección.”

Afirma también el camarada Guevara, como ya mencionamos anteriormente, que los cuadros deben formarse, como ya indicaba el camarada Arenas, tanto en la practica diaria y cotidiana, como en escuelas y elementos de formación política, para fomentar, dice el camarada, un desarrollo ideológico mayor. Además, afirma el camarada Guevara, se necesitan diferentes tipos de cuadros; el cuadro político, base de la organización revolucionaria de masas, corra de transmisión de la ideología del partido con las masas trabajadoras. El cuadro militar con las mismas funciones en el ejército y los guerrilleros y combatientes revolucionarios. El cuadro económico, con el objetivo de trabajar en la planificación y organización económica del estado, encargado de transmitir en todo momento los ideales revolucionarios a la organización y gestión del futuro estado socialista.

Así, afirma Guevara, no obstante, ya sea político, militar o económico, la función del cuadro revolucionario será siempre la misma, y será en todo momento, afirma “ser la pieza maestra del motor ideológico que es el partido comunista, un creador que ayuda al desarrollo de las masas, un punto de contacto entre las masas trabajadoras y los dirigentes políticos del partido”

Es además, el baluarte que debe garantizar en todo momento el mantenimiento del espíritu y de los ideales de la revolución socialista.

La formación política e ideológica surge como una de las tareas más destacadas e importantes que debe atender cualquier partido, colectivo u organización comunista, verdaderamente imbuida por los ideales y por el espíritu revolucionario del marxismo leninismo. Esta formación, sin duda alguna, es la llave que directamente deberá conducir a la clase trabajadora, como dijimos a la toma de conciencia, a la acción revolucionaria, a ser consciente de su papel dirigente y protagónico en todo momento en los procesos de producción, en agente activo protagonista de la historia. Y para ello, hemos visto la necesidad de ver y utilizar al partido comunista de vanguardia como elemento transformador de la sociedad, tal y como afirmaba Stalin.

Los miembros del partido o de los colectivos comunistas (que inevitablemente tendrán algún día que  unificarse en el partido único de vanguardia de la clase trabajadora de los pueblos del estado español) para ello deberán utilizar todo los medios que estén a su alcance para tratar de cambiar, de transformar a la sociedad, cambiando y transformando a la clase trabajadora; el uso de un correcto y adecuado lenguaje en todo momento para transmitir nuestros ideales a la clase trabajadora (que son los suyos), para que la clase trabajadora se identifique con nuestro programa político, la capacidad de aplicar en todo momento adecuadamente la agitación y propaganda política, sabiendo utilizarlos en todo momento a aquellos sectores de la clase trabajadora a los que debe ir dirigido en cada momento, el manejo y uso correcto de todos los medios de comunicación y propagación ideológica que podamos aprovechar y tener a nuestro alcance, y sobre todo la formación profunda y adecuada de toda una serie de cuadros políticos revolucionarios, que ejecuten de manera efectiva estos ideales y sirvan de vertebración, como decía el Che, de correa de transmisión entre el partido y la clase trabajadora.

Solamente en la conjunción correcta de todos estos elementos (como nos demostraron los innumerables ejemplos exitosos de Rusia, China, Cuba, Corea, el Bloque socialista y tantos otros países) esta la vía adecuada que llevara a la clase trabajadora, a través de su partido comunista de vanguardia a la toma del poder político, a desplazar a los políticos corruptos de la poltrona del poder en la que se han instalado y construir una sociedad nueva al dictado y servicio de los intereses de la clase trabajadora, y mandar al fin, como dijo el camarada Federico Engels “toda la maquinaria del estado al lugar que le corresponde; el museo de antigüedades con el hacha de bronce”.

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